quinta-feira, 12 de novembro de 2009

Un laboratorio de trabajo para las tecnologías energéticas

Un laboratorio de trabajo para las tecnologías energéticas

Dinamarca es uno de los países más rentables en términos medioambientales, ya que sólo siete otros países industrializados del mundo (y un puñado de países en desarrollo) pueden producir mercancías y recursos con un nivel inferior de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Quizá ser los octavos no suena muy impresionante, pero hay razones para observar más detenidamente el ejemplo danés. Dinamarca ha conseguido situarse como uno de los líderes de las economías más ecológicas y con un uso más eficiente de energía a pesar de no tener prácticamente recursos hidroeléctricos ni las áreas forestales que normalmente son la base de una gran parte de la producción de energía renovable de otros países. Dinamarca tampoco utiliza energía nuclear, que es una fuente importante de energía que no genera CO2 en otros países del mismo grupo.

La eficiencia energética en Dinamarca se ha creado mediante una gran variedad de nuevas tecnologías y soluciones, lo que demuestra que es posible crear un alto nivel de crecimiento sin un incremento en el consumo de energía o las emisiones de GEI.

Esto se ha conseguido principalmente gracias al enfoque político en las iniciativas energéticas. Dinamarca fue uno de los primeros países que estableció planes detallados para desarrollar el sector energético en los años 70. Asimismo, el sector empresarial danés se ha comprometido a desarrollar y usar soluciones de eficiencia energética. El sector de los parques eólicos es el ejemplo más conocido, pero hay muchos otros. El sentido común aplicado a las medidas de eficiencia energética, como aislar edificios y ahorrar costos en la producción, se ha combinado con soluciones de alta tecnología para toda la sociedad. Por ejemplo, hay un sistema de suministro eléctrico que se adapta al hecho de que, a veces, los molinos de viento producen más del 100% de la energía requerida y, otras veces, no producen nada de energía, todo ello manteniendo la competitividad.

El último factor es el enfoque en el ahorro de energía y un suministro de energía garantizado, lo que ha sido el caso desde las crisis del petróleo de los años 70. En 1985, el Parlamento danés (Folketinget) rechazó la energía nuclear y optó por concentrarse en nuevas fuentes de energía sostenibles. Dinamarca en 2009 es un laboratorio de trabajo dinámico que combina las nuevas tecnologías energéticas con el tradicional sentido común en relación con la naturaleza

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